Hace algo más de treinta años, cuando trabajé con Marcial Souto en la edición de mi primer libro, solo tenía una vaga idea de que los cuerpos descartables que aparecen en «Plural» y «La novena sinfonía de Macedonio» iban a dar lugar a una serie de ficciones en las que exploraría el tema de la «inmortalidad artificial». Pero la preocupación que me generaba imaginar el modo en que los cambios tecnológicos pueden operar sobre las personas y la sociedad, me llevé a reincidir, y escribí otros dieciséis cuentos vinculados al tema, que son los que se agregan en esta edición a los siete originales, por lo que el nuevo libro es bastante más extenso que el publicado en 1985. ¿Qué encontrarán los lectores en Cuerpos descartados? Por lo pronto aparece Korps, una empresa dedicada a proveer de cuerpos «habitables» a los que pueden «transferirse» enfermos terminales o ricachones en busca de nuevas emociones. Pero también exploro otra rama temática, la de los cuerpos resucitados artificialmente, zombis mecánicos operados a distancia que pueden servir para sustituir a familiares muertos o pelear una guerra. Ya no se trata de una acepción humorística del cambio de cuerpo, y tampoco de una mirada ácida y violenta a la alienación urbana. Los enfoques se han vuelto más específicos y mi propósito, en estos nuevos relatos, apunta a desbrozar los sentimientos y pensamientos que puede pergeñar la ausencia de la muerte, la posibilidad de pasar a un cuerpo intacto y conservar la memoria, los recuerdos, ser una prolongación del que ya vivió y se prepara para seguir viviendo, además de otros, tal vez más perversos, en los que juego iscon el regreso a la vida de los seres queridos. Los cuerpos han crecido, se han desarrollado y multiplicado. Ahora son una horda, una manada dispuesta, querido lector, a plantearte una serie de interrogantes y, ¿por qué no?, a quitarte el sueño durante un par de noches… o más.