Día y Niebla interpela el concepto de genocidio a través de la poesía, la fotografía, la escultura, la narración, la disquisición teórica de la Historia y de la Mitología Nórdica.Día y Niebla, libro heterogéneo, es el recorrido, también heterogéneo, por uno de los muchos senderos de la memoria, la historia y el genocidio.Centrado en el gueto de Terezín, aquel pueblo obsequiado por Hitler a los judíos, en donde el arte resultó una fuente nutricia, explora los diversos modos de la memoria en el presente. De ese modo, la técnica coral no se da sólo entre el pasado y el presente, sino entre los diversos modos de recordar, nombrar e historizar. Finalmente, no hay mármoles, no hay lápidas, es pura memoria, es puro presente.Día y Niebla surge a partir del encuentro con Alena Munková Synková, una mujer sobreviviente del gueto de Terezín. Si algo deseaba resaltar era el modo en que el arte permitía la esperanza. Así lo recordaba Norbert Fryd, también sobreviviente de Terezín: En el medio de la guerra vivíamos en un campo de concentración, una invención cruel y una tarea cotidiana también cruel, estábamos encimados como ganado, dormíamos en camastros de tres pisos, comíamos de pie, hacíamos nuestras necesidades en letrinas inmundas, vivíamos en el constante miedo de ser llevados a las cámaras de gas. Pero cada día los niños recibían educación ilegal, cada día había puestas de obras de teatro, conciertos, conferencias, cada día llegaban noticias de afuera y rápidamente se esparcían y cada día había una confianza tenaz en que nada sucedería. El hambre por participar en la vida cultural no era menos anormal que la estructura de toda la sociedad del gueto. No es necesario ir muy lejos para tomarlo como una medida del inquebrantable deseo de vivir.Alena se encuentra en Día y Niebla con el poeta Robert Desnos, quien murió en Terezín al final de la Guerra. Y en ese lugar pueden abrir un espacio poético para la memoria y la reflexión.