El hombre de la máscara de hierro

$114,500

Disponibilidad: 100 disponibles

SKU: PAP00568490 Categorías: , Etiquetas: ,

Al llegar la carroza ante la puerta primera de la Bastilla, se paró a intimación de un centinela, pero en cuanto D»Artagnan hubo dicho dos palabras, levantóse la consigna y la carroza entró y tomó hacia el patio del gobierno.D»Artagnan, cuya mirada de lince lo veía todo, aun al través de los muros, exclamó de repente:¿Qué veo?¿Qué veis, amigo mío? preguntó Athos con tranquilidad.Mirad allá abajo.¿En el patio?Sí, pronto.Veo una carroza; habrán traído algún desventurado preso como yo.Apostaría que es él, Athos.¿Quién?Aramis.¡Qué! ¿Aramis preso? No puede ser.Yo no os digo que esté preso, pues en la carroza no va nadie más.¿Qué hace aquí, pues?Conoce al gobernador Baisemeaux, respondió D»Artagnan con socarronería: llegamos a tiempo.¿Para qué?Para ver.Siento de veras este encuentro, repuso Athos, al verme, Aramis se sentirá contrariado, primeramente de verme, y luego de ser visto.Muy bien hablado.Por desgracia, cuando uno encuentra a alguien en la Bastilla, no hay modo de retroceder.Se me ocurre una idea, Athos, repuso el mosquetero; hagamos por evitar la contrariedad de Aramis.¿De qué manera?Haciendo lo que yo os diga, o más bien dejando que yo me explique a mi modo. No quiero recomendaros que mintáis, pues os sería imposible.Entonces?…Yo mentiré por dos,, como gascón que soy.Athos se sonrió.Entretanto la carroza se detuvo al pie de la puerta del gobierno.¿De acuerdo? preguntó D»Artagnan en voz queda, Athos hizo una señal afirmativa con la cabeza, y, junto con D»Artagnan, echó escalera arriba.¿Por qué casualidad?… dijo Aramis. Eso iba yo a preguntaros,interrumpió D»Artagnan.¿Acaso nos constituimos presos todos? exclamó Aramis esforzándose en reírse.¡Je! eje! exclamó el mosquetero, la verdad es que las paredes huelen a prisión, que apesta. Señor de Baisemeaux, supongo que no habéis olvidado que el otro día me convidasteis a comer.¡Yo! exclamó el gobernador.¡Hombre! no parece sino que os toma de sorpresa. ¿Vos no lo recordáis?Baisemeaux, miró a Aramis, que a su vez le miró también a él, y acabó por decir con tartamuda lengua:Es verdad… me alegro… pero… palabra… que no… ¡Maldita sea mi memoria!De eso tengo yo la culpa, exclamó D»Artagnan haciendo que se enfadaba.¿De qué?De acordarme por lo que se ve.No os formalicéis, capitán, dijo Baisemeaux abalanzándose al gascón; soy el hombre más desmemoriado del reino. Sacadme de mi palomar, y no soy bueno para nada.Bueno, el caso es que ahora lo recordáis, ¿no es eso? repuso D»Artagnan con la mayor impasibilidad.Sí, lo recuerdo,respondió Baisemeaux titubeando.Fue en palacio donde me contasteis qué sé yo que cuentos de cuentas con los señores Louvieres y Trem-blay.Ya, ya. Y respecto a las atenciones del señor de Herblay para con vos.¡Ah! exclamó Aramis mirando de hito en hito al gobernador, ¿y vos decís que no tenéis memoria, señor Baisemeaux?

Peso 0.592 kg
Dimensiones 3.426 × 14 × 21 cm
ISBN

9788496040182

Autor

Alejandro Dumas

Editorial

Vision Libros

Año De Edición

2002-11-25

Número De Páginas

488

Idioma

Español

País

España 

Formato

Libro Impreso Bajo Demanda

Terminado

Tapa Blanda

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “El hombre de la máscara de hierro”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *