El cuidado de las cosasCuando volvimos de viajehubo que reconocer de nuevola vieja casa. La pileta de lonaera una laguna viscosa y quietacon vida microscópicabrillando entre restos de hojasy alas podridas de insectos.Nadie podría sobrevivir en un medio así.Mejor dicho: ningún hombre o mujerpor más optimista que sea.Hay cosas que no necesitan cuidadose transforman solas y alejadasde cualquier mano laboriosa,con la espesura del tiempoo apenas el roce de la luz.Esos días aprendimos a mirarla efervescencia de la viday por primera vez no quisimoscambiar nada de nada.
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