¿Por qué Caimán?
El Caribe colombiano desde tiempos remotos, mucho antes de la llegada de los europeos, se ha constituido en objeto de inspiración para el origen de mitos, leyendas y narraciones fantásticas. Su inigualable ubicación geográfica y sus variados climas que incluyen todos los pisos térmicos, lo hacen un lugar paradisíaco, refugio y hogar de miles de animales y plantas, con los cuales convive el ser humano recreando un universo rico en tradiciones y narraciones cotidianas.
La cuenca del gran Caribe colombiano ocupa un lugar singular en la geografía mundial debido a que está bañado por el océano Atlántico y porque el emblemático río grande de la Magdalena, después de recorrer casi toda Colombia desde los Andes, inunda sus tierras fértiles con agua dulce, antes de entregar sus pardos caudales en bocas de cenizas.
El Caribe colombiano que dio origen a Macondo, es un gran ecosistema de ciénagas, ríos y lagunas con agua salada y dulce, del cual brota en abundancia la vida, es el universo preñado que da origen a la milenaria leyenda de las Sirenas en la mente del europeo recién llegado a las indias, el escenario mágico en que Francis Drake cañoneó desde su corsario navío, la fortaleza amurallada de Cartagena, el espacio-tiempo en que un hombre se convierte en Caimán para espiar a hermosas doncellas mientras se bañan a orillas de los ríos o el de una mujer cuyos vástagos ha perdido, y a la media noche llora con alaridos que erizan la piel, mientras deambula las polvorientas calles de los pueblos ribereños, “Ay mis hijos”, se le oye decir, en tanto “Francisco el Hombre” en la península de la Guajira, se alza como vencedor del diablo, al tocar en el acordeón el credo al revés y lo obliga a volver al infierno en medio de matorrales y cardones espinosos.
El Caribe colombiano vio nacer de sus entrañas exóticas y sus platanales preñados de noches obscuras La Casa grande de Cepeda y La hojarasca de Gabo, en tanto Espinosa recreó en Los cortejos del diablo la mente del inquisidor Juan de Mañozca, capaz de oler en el titilar de las luciérnagas, el sudor lujurioso de las brujas, mientras surcaban los cielos diáfanos de la Cartagena colonial. Esta tierra exuberante ha sido la matriz para que en octubre Isabel vea llover a cantaros y también muchos aprendan a respirar el verano con Rojas Herazo o a encontrar los secretos más insospechados en El patio de los tiempos perdidos de Roberto Burgos o a la Deborah Kruel de Bacca o que sentados en las aireadas terrazas y jardines repletos de cayenas, sientan cómo En diciembre llegaban las brisas con Marbel y que cronistas de la talla de Salcedo Ramos y Juan Gosain describan en una eterna parranda el universo violento de La mala hierba.
Por ello Caimán Editores, porque su nombre de mítica fonética representa el universo exuberante del Caribe colombiano, la magia de sus colores y la profunda variedad de sus sabores exóticos. Caimán Editores se justifica en la necesidad de divulgar el arte literario, en ser la tribuna desde la cual se iluminen sus poetas y baluartes narradores, que como Raúl Gómez Jattin y Jorge Artel, han bebido y olido los aromas hasta convertirlos en arte para disfrute de mujeres y hombres en todo el mundo.
Caimán Editores quiere recoger el esfuerzo y dedicación de escritores y académicos del Caribe, de Colombia y Latinoamérica, para darle continuidad a la pasión de vivir y recrear el mundo a través de los libros y por eso se constituye en una plataforma de lanzamiento y divulgación de académicos, nobeles narradores y poetas.
¡Caimán Editores, nuevo conocimiento para un mundo mejor!