Este Manual de autoayuda para fantasmas, de Daniel Frini, es muy útil no sólo para los espectros del más allá, sino también para los seres y esperpentos del más aquí. En su interior podremos encontrar una máquina para desarmar casas, un mapa para perdernos en la época de Noé, un lente para detectar dioses sinvergüenzas, un narrador que confunde personajes una caja de Pandora hecha en Taiwán, un monstruo que no puede llorar y también, por qué no, otro manual para reconocer presidentes o reyes que, en realidad, son burros flautistas. Es un valioso traductor para conversar con monos y que resistan a Shakespeare en inglés o un manifiesto que propugna encendidamente la rebelión de todas las caperucitas y cenicientas de los cuentos imperialistas. Además, es una máquina utilísima para reconocer los Gregorios de la vida, esos que sueñan que son insectos pero que en realidad son insectos que sueñen que son hombres o viceversa, siempre y cuando Aquiles alcancé a la tortuga. Pero sobre todo, es un útil espejo mentiroso, donde podemos ver lo bellos que somos.Óscar Gallegos Santiago