La mayoría de los líderes que he asesorado consideran que las principales barreras que han limitado e impedido el éxito de sus resultados y el crecimiento de sus negocios han sido causadas por el mercado, la competencia o los miembros que han integrado sus equipos de trabajo; sin embargo, a partir de ejercicios y prácticas de autoconocimiento y autoevaluación han descubierto que lo que realmente ha obstaculizado el desarrollo total de sus empresas ha sido el conjunto de sus monstruos internos. Al identificarlos, su consciencia y su enfoque evolucionan y es ahora cuando se dirigen hacia un proceso de mejora continua en la versión de ellos mismos.En mi trayectoria como coach he identificado que el hito más importante para impulsar a líderes en la construcción de sus proyectos ha sido lograr transformaciones integrales en todos los ámbitos que constituyen su vida de tal manera que han sido capaces de confrontar y manejar, por ejemplo, el ego, el apego, la ira y otras amenazas y debilidades hasta crear una crisis donde los enfoques, las emociones y los pensamientos negativos han sido desplazados por el valor de la trascendencia, el redescubrimiento de la pasión por el quehacer del líder y, en consecuencia, por la redefinición del rumbo de las metas y los objetivos que este último tiene.De ser un hombre maniático, egocéntrico e inseguro hoy soy un líder que trasmite su conocimiento, que empatiza y escucha a los demás. Hoy estoy consciente que, a pesar de tener la capacidad de orientar a diversos equipos de trabajo, jamás dejaré de aprender de las personas que me rodean, porque su sabiduría cambia constantemente mis perspectivas y solo así mi ser evoluciona, se transforma y me convierte en un factor que potencializa el cambio en la vida de los demás.