Izquierda y derecha. Una dialéctica alienante retrata la evolución de ambos conceptos políticos a lo largo de más de dos siglos, en lo que llega a describir como el “recorrido histórico de un engaño”, hasta situar la última fase de este proceso en el intento de “aniquilación por todos los medios” del concepto humanista del Renacimiento. Carro del Castillo hace una lectura especialmente crítica del marxismo, de la connivencia de la izquierda con regímenes totalitarios de corte comunista y de la exacerbación de los identitarismos como último ardid argumental en su lucha por el poder. “Atacará vilmente, en consecuencia, a la antropología de las fuerzas que lo sustentan ?la familia?, lo defienden ?la nación estado? y lo fundamentan ?su civilización y sus culturas?”, denuncia al referirse a la estrategia más reciente del neomarxismo.En la disputa del espacio político que mantienen izquierda y derecha, el autor tampoco es condescendiente con el neocapitalismo, al que acusa de haberse instalado en un escepticismo moral para conectar con las ambiciones materiales de su antagonista. En opinión de José Antonio Carro, el capitalismo del tiempo presente se expresa en ocasiones como “cómplice” del neomarxismo e incluso llega a formar con él una “conjunción diabólica” en torno al globalitarismo. De ahí deduce que “si siempre fue difícil responder a la pregunta de si había algún sistema mejor que el derivado del capitalismo liberal democrático”, ahora cualquier propuesta puede parecer “mejor” que la que formula “el neocapitalismo-marxista actual”.José Luis Prusén de Blas, Periodista